La casona
colonial de blanco sillar nos esperaba con las puertas abiertas, la curiosidad guiaba
mis pasos, no sabía absolutamente nada del autor, no había leído sus libros,
mucho menos revisado alguna reseña de su vida profesional en “Wikipedia” que me
hiciera parecer un conocedor, me dirija a esa reunión con la curiosidad de un
niño dispuesto a “saberlo todo, sin conocer nada” el título de la ponencia me
resultaba atractivo e inquietante, “Claves para entender el hambre en el
mundo”, más aun cuando en los últimos tiempos fui conquistado por la abundancia
de términos culinarios, alimenticios y gastronómicos; el hambre fue un tema que
deje relegado debo reconocerlo, -la vorágine del mal llamado “boom gastronómico” también me
atrapo- y más aún la visión global del asunto.
La entrevista la
realizo Juan Pablo Meneses otro escritor y periodista, quien inicio este
dialogo con una interrogante que resulto siendo superflua para mi humilde
opinión ¿Qué platos de comida le gustaban a Rieff?, que bueno que no era
peruano probablemente la preguntaba habría sido ¿ha probado, el pisco sour, el ceviche o el
chupe de camarones?, justificando esta interrogante en el hecho que era una
forma adecuada para hablar del tema contrario al hambre, obviamente Rieff
respondió con una sutil sonrisa.
La pobreza y la
hambruna no son percibidos debido a que estamos “borrachos en tecnología”, “yo no tengo fe en el progreso, la pobreza no
será eliminada, no tengo un discurso optimista quizás se deba a mis años de
corresponsal de guerra”, fueron algunas de las Claves que nos expresó Rieff,
para entender no solo sus libros sino a el mismo.
Lo “obvio” es
una plaga con la que convivimos diariamente, ya que este término ha servido
para cegarnos frente a situaciones
desagradables y conflictivas; David Rieff sacude nuestra “obviedad” cuando
reafirma que la hambruna mata inmediatamente y el más alto porcentaje de
desnutrición (no mata pero destruye la vida) está en la India (46%) y no en
África.
