La nota periodística decía “…pararon los tranvías eléctricos y los
pasajeros se arrodillaron en las calles para orar…”, frente a un escenario
resquebrajado por la fuerza del movimiento sísmico, mientras el polvo se
elevaba a mas 100 metros de altura, las paredes de las casas se rajaron y la
mayoría de ellas caía.
Los pueblos alrededor de Arequipa
también fueron afectados, Sabandia fue arrancado desde sus cimientos como si
hubiera recibido el ataque de gigantes, las miradas sorprendidas de sus
habitantes eran una fuente de dolor…
Las imágenes de un pueblo dolido
y destruido recorrieron el mundo gracias a la revista Life, será esta misma
revista que meses después mostraría una Arequipa resilente aun con heridas abiertas,
pero levantándose altiva, decidida pero esa ya es parte de otra crónica…